Hace unos años, 1997, nuestro genial amigo Rodolfo Muñante, como ministro de agricultura, programó un colosal trabajo en el altiplano de Puno, su idea era hacer de esta hermosa meseta una despensa alimenticia, y nos encarga, profesionales jóvenes que trabajábamos con él, la siembra de más de 6,000 ha de trigo y cebada principalmente. Para muchos una locura, para otros un reto, para algunos una visión maravillosa.
Por esos años sabíamos poco, o nada, de los geniales sistemas de producción pre inca, llamado WARU WARU (palabra quechua), SUCACOLLOS (palabra Aymara) o CAMELLONES (termino en ingeniaría)
Los Waru Waru, son prácticas ancestrales de uso común en el altiplano, en áreas inundables o inundadas, que consisten en “jalar” tierra formando una plataforma o “cama” rodeada de agua, donde se realiza la siembra. Esta agua alrededor del waru waru crea un microclima que mitiga el efecto de las heladas, permitiendo el desarrollo de los cultivos.
Por estos tiempos hablamos del cambio climático y la necesidad de adecuarnos a él, estos sistemas de producción es una muestra de que si podemos hacerlo, pero con la decisión política de quererlo.
Tenemos proyectos, programas de riego que no ha logrado superar cifras tan importantes como las que mencionamos en este estudio. Son mas de 50 años de grandes proyectos de irrigación que han logrado poner en producción mas de 300,000 hectáreas de terreno, pero que asimismo han permitido la degradación de mas de 300,000 ha, producto del mal drenaje y salinización por efecto de los sobre riegos y mal uso de un recurso que ahora se presenta como escaso en nuestro país y en el mundo: EL AGUA. Leer más