Autor: Ronald Ancajima (02-mayo-2024)

Hoy quiero compartir con ustedes un tema que me apasiona y que considero de gran importancia para nuestro país: la recuperación y valorización de nuestros sistemas de andenes. ¿Pero qué son los andenes? Son plataformas construidas en las laderas de las montañas por nuestros antepasados, en una clara demostración de la sabiduría ancestral en el manejo del territorio, que volvieron productivas zonas que no lo eran.

Mensaje ancestral

En el museo del Qoricancha (Cusco) se encuentra un grabado que nos muestra la visión de nuestros ancestros. A través de este grabado, podemos apreciar la cosmovisión andina desde su concepción superior de origen (Virakocha – Inti – Quilla) hasta el sustento de la vida que son los alimentos que se producen en el vasto sistema de andenes, representado en el reticulado ubicado en la parte inferior. ¡Una verdadera obra de arte que nos habla del pasado!

Esta imagen refleja una profunda comprensión del desarrollo, donde la riqueza no se mide en oro o plata, sino en la capacidad de producir alimentos.

Evidencias: Infraestructura Ancestral para el Desarrollo Futuro

Los sistemas de andenes, una maravilla de ingeniería ancestral, constituyen una parte vital del patrimonio agrícola del Perú, con aproximadamente un millón de hectáreas en todo el país. A lo largo de los años, diversas instituciones y organizaciones han reconocido su importancia y han emprendido acciones para su recuperación y preservación.

Desde la década de 1960, se han realizado esfuerzos para comprender y catalogar los sistemas de andenes a nivel nacional. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para restaurar estos sistemas a su pleno potencial.

Acciones recientes por recuperar los sistemas de andenes

Desde 1968, varios organismos han trabajado en la recuperación de los andenes. Destaca el trabajo de ONERN que entre 1968 y 1982 brindó los primeros datos sobre la presencia de andenes. En 1987, inició un inventario nacional de andenes que, lamentablemente, quedó inconcluso. Sin embargo, en 1988, la CEPAL elaboró un estudio de factibilidad de recuperación de andenes.

El INRENA, por su parte, en 1995 avanzó con el inventario en 8 departamentos, definiendo 256,950 hectáreas. En 1999, Efraín Gonzales de Olarte y Carolina Trivelli realizaron estudios sobre la puesta en producción de los andenes.

La Asociación Andina CUSICHACA ha llevado a cabo diversos trabajos en el valle del Sondondo en Ayacucho y en otras áreas de Apurímac y Cusco, enfocándose en la investigación y la rehabilitación de andenes.

Por último, la ONG – Naturaleza, Ciencia y Tecnología Local, en 1983, llevó a cabo un proyecto de ecodesarrollo con el propósito de evaluar la viabilidad de recuperar andenes y tecnologías prehispánicas para la gestión de recursos naturales renovables, y los beneficios socioeconómicos que esto podría acarrear. Se han realizado foros PROPUESTA PARA UN PLAN NACIONAL DE DEHABILITACIÓN DE ANDENES”. El 2008, el Programa de Desarrollo Productivo Agrario Rural (AGRORURAL) en colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) comenzó a gestar una propuesta integral para un Programa Nacional de Andenes en Perú.

Andenes en el mundo

Los sistemas de andenes en el Perú pueden llegar al millón de hectáreas, una cifra colosal, pero que por ahora solo podemos sentirnos orgullosos por su belleza paisajista; pensamos que podemos poner en producción esta herencia ancestral imitando el trabajo del gobierno chino, que le suma a su belleza paisajista una gran producción de cultivos como el té y otros más que les ha merecido ser designados como uno de los sitios del Patrimonio Agrícola Mundial.

Japón desarrolla también cultivos en terrazas que llaman Tanadas, que usan con objetivos no solo de producción, lo hacen com fines turísticos como se muestra a continuación.

Tanadas con la aplicación de tecnología y maquinaria adecuada para el trabajo en andenes que creemos debemos adoptar para nuestras condiciones.

Propuesta: Programa Nacional de Recuperación de Andenes

Inspirados en la sabiduría ancestral en el manejo del territorio, proponemos crear el Programa Nacional de Recuperación de los Sistemas de Andenerías. Este programa debe ser una alternativa productiva de lucha contra la pobreza bajo un enfoque multidimensional: ingeniería, agroecología, ambiente e historia.

Imaginemos la posibilidad de recuperar estos hermosos espacios, dotándolos de infraestructura para recibir visitantes que quieran realizar turismo vivencial, donde puedan tener contacto con la naturaleza, realizar actividades de “mantenimiento” de cultivos y ver la aplicación del agua a través del riego, el resplandor de los frutos y la belleza paisajista.

Este Programa contempla el financiamiento y crédito para aumentar la productividad y el valor agregado del producto agrícola. Pero no sólo eso, también busca incentivar las actividades de turismo y programas educativos, además de la conservación del recurso natural y la cultura tradicional (costumbres, tradiciones, ritos entre otras).

Objetivos del Programa:

• Afianzamiento hídrico: Los andenes están diseñados para gestionar eficientemente el agua, distribuyéndola de manera equitativa a lo largo de las terrazas. Esto no solo ayuda en la producción agrícola, sino que también contribuye a la gestión sostenible del recurso hídrico.
• Preservación del patrimonio cultural: Los andenes preincas son testimonios de la ingeniería y la sabiduría agrícola de las antiguas culturas. Poner en valor estos sitios contribuye a la preservación del patrimonio cultural y a la comprensión de las prácticas agrícolas y la vida cotidiana de estas civilizaciones.
• Sostenibilidad agrícola: Muchos de los andenes preincas siguen en uso en la actualidad, demostrando su eficacia y sostenibilidad a lo largo del tiempo. Al poner en valor estos sistemas agrícolas, se promueve la continuidad de prácticas sostenibles que pueden ser relevantes para abordar desafíos contemporáneos en la agricultura, como la conservación del suelo y el agua.
• Seguridad alimentaria: La preservación y revitalización de los andenes contribuyen a la seguridad alimentaria, ya que estos sistemas permiten el cultivo de una variedad de plantas en terrenos montañosos. Diversificar la producción agrícola a través de la implementación de andenes puede mejorar la resiliencia de las comunidades locales frente a condiciones climáticas adversas.
• Turismo cultural y económico: La puesta en valor de los andenes atrae a turistas interesados en la historia y la cultura. Esto puede generar ingresos para las comunidades locales a través del turismo sostenible, promoviendo el desarrollo económico en la región. 
• Adaptación al cambio climático: Los andenes, con su capacidad para aprovechar diferentes altitudes y microclimas, pueden desempeñar un papel importante en la adaptación al cambio climático. Su preservación y uso continuo pueden proporcionar estrategias para enfrentar condiciones climáticas cambiantes.
• Participación comunitaria: La puesta en valor de los andenes implica la participación de las comunidades locales en la conservación y promoción de estos sitios. Fomentar la participación comunitaria refuerza los lazos sociales y el sentido de identidad cultural.

Conclusiones y Recomendaciones

El Programa Nacional de Recuperación de Andenes representa una oportunidad única para revalorizar nuestro legado ancestral y promover el desarrollo sostenible en las zonas altoandinas con la pequeña y mediana agricultura. Para su éxito, se recomienda:

• Enfoque participativo: Involucrar activamente a las comunidades locales en el diseño, implementación y gestión del programa.
• Investigación y desarrollo: Fortalecer la investigación científica y tecnológica para optimizar el manejo de los andenes y mejorar la producción agrícola.
• Articulación intersectorial: Fomentar la colaboración entre diferentes sectores gubernamentales, privados y de la sociedad civil.
• Sensibilización y educación: Promover la educación ambiental y cultural para generar conciencia sobre la importancia de los andenes.

La recuperación de los sistemas de andenes no solo es un acto de justicia con nuestro pasado, sino también una inversión en el futuro. Al revalorizar este legado ancestral, abrimos las puertas a un desarrollo sostenible, inclusivo y respetuoso con el medio ambiente.

Juntos, podemos construir un futuro próspero en armonía con la naturaleza y nuestra herencia cultural.